viernes, 17 de junio de 2011

Alucinaciones...

Un hombre inteligente y solo. Encerrado en una prisión sin siquiera poder moverse por mas de 3 metros continuos. Viviendo de recuerdos, fantasías y sueños que viajan por entre las microscópicas rendijas entre los ladrillos. Recibiendo los pensamientos de mediocres guardias que no hablan y lo que hablan es tan insignificante que le pareciese como si sus palabras fuesen solo el viento de otoño golpeando su rostro.

Ansiando algo en que usar su ágil mente, probar que no se han oxidado los recónditos caminos que le llevaron a conocer al ser humano en todas sus facetas, desde el tierno niño criado por su cariñosa madre hasta el corrupto militar que abusa y mata con cruel simpatía.

Es Hannibal Lecter, el viejo doctor que con toda la pompa y estilo de un ingles prepara su cena a base de carne humana. El hombre que disfruta de poner jugarretas, que busca el reto mental en las personas. Acaso su estadía en la soledad con sus recuerdos y los amargos pensamientos le llevaron a encontrar los mas terribles y mortíferos juegos donde el sale victorioso. El tiempo del que disponía le permitió evaluarse a si mismo y a la sociedad que le recluyo y decidió que no habría nadie con el intelecto suficiente como para pasar los retos que su mente estaba creando.

El buen Dr. Hannibal Lecter, un personaje que conocí cuando niño, un personaje que lejos de atemorizarme o provocarme pesadillas me producía una profunda curiosidad. Aquel que ahora vuelvo a ver, pasados ya muchos años, y recuerdo como un viejo conocido.

Escucho sus diálogos enredados y me maravillo ante el ingenio que posee. Y comprendo que me gustan los juegos mentales, comprendo que es posible que ese tipo de personajes en mi niñez influyeran a que me comporte como un pequeño Hannibal en busca de su bocado de sentimientos, pues mi paladar aun no sabe degustar la carne humana, prefiere el suculento sabor de los sentimientos, aderezarlos con sueños.

Alimentarme del alma humana, derrumbar el ser que es cada persona que me rodea y tener como amigos y familia a personas con el alma corroída por mis juegos mentales, por mi instigante persistencia a las verdades escurridizas que tienen mas ambigüedad que verdad.

¿Qué define las personalidades con las que vivimos a diario? ¿Una simple película puede ser capaz de alterar el rumbo de una personalidad?

2 comentarios:

  1. La verdad es que no se ... lo cierto es que si me sorprende este gusto compartido ... Hannibal es como ... no sé, pero increíblemente seductor ante mis ojos por su mente y por su porte; ese hombre es único.

    Interesantes preguntas, echale mente y si lo logras avisas :P

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  2. Pues ya le he pensado largo rato y creo que sí, en cierta medida única para cada persona una película, libro o algún símil cuya fortaleza conceptual sea lo suficientemente grande para cimbrar una personalidad.
    En otras palabras, cada concepto recurrente en algún medio afectara solo a aquellos que estén a la altura de ese concepto. Esto me recuerda la vieja frase que dice algo como "El maestro no aparece hasta que el alumno esta listo", o algo por el estilo.

    Por otro lado, el grado de afectación puede variar...al final de lo que hablamos es arte, y como tal, además de inútil, cada quien le ve con sus propios y diferentes ojos.

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