El vuelo fue tranquilo y sin contratiempos, por lo que pudo dejar volar sus pensamientos tan alto como hiba, 2400 metros. Cuando estaba admiradose, sorprendidose e indignadose por la gran cantidad de pequeñas hormigas luminicentes que dominaban su vista desde la pequeña ventanilla que tenia a su derecha,se imagino sus pensamientos como grandes nubes que rodearian el mismo avion, se imagino que veria dentro de esas nubes sus ideas mas bizarras, sus pensamientos mas intimos.
Le molestaba ver que la mancha urbana fuese tan maravillosamente luminosa, que despidiera un halo de divinidad entre las secciones oscuras y sombrias de tierra. Las tinieblas nocturnas mentian, con su manto oscuro le hacian pensar que lo mas maravilloso era aquello que el hombre habia hecho y podia mantener en funcionamiento.
No lograba imaginar siquiera la magnitud de recursos que debian gastarse para mantener una ciudad tan grande iluminada constantemente.
Cuando bajo del avion un aire fresco le golpeo de lleno, inhalo con fuerza el aire y sus pulmones se refrescaron profundamente. Se sintio mejor y aunque tenia un leve dolor de cabeza, no le importo, menos aun pasados varios minutos, pues este habia desaparecido.
Sus pies le llevaron por los corredores del areopuerto y las indicaciones de los guardias le guiaron por el camino que lo llevaria a la salida, el lugar donde esperaban sus compañeros. Pidieron un taxi que tomo rumbo a su hotel. En el camino siguio cavilando, esta vez sobre la vida y los insecrutables caminos que toma. Penso en su lugar en la vida, en su trabajo, en su familia...
Habia intentado no pensar en eso. Habia intentado opacar esos recuerdos, habia intentado olvidar que nuevamente habia ido solo y no se habia despedido de nadie en el areopuerto, habia intentado oponerse a la llegada inmininte de esos pensamientos. El recuerdo fugaz de su familia lejana, de sus amigos ausentes, de su novia inexistente...
Se obligo a despegarse de esa linea de pensamiento. Mas que obligado fue necesario, hiban pasando por el estadio de Leon y una masa de gente se veia por todas partes, pasando la calle, saliendo de la plaza que se ergia tumultosa a un costado del estadio, indiferente a los problemas del mundo, indiferente la muerte que les rodea, a la soldead le corretea...
No lograba dejar de pensar en sus problemas, como si fuesen los unicos existentes en el mundo, como si solo su soledad valiera. Ocupaba toda su mente y su cuerpo. Se sentia cansado, desanimado y fuera de lugar.
Llego al hotel y despues de recibir habitacion y dejar sus cosas bajaron los tres a cenar. Realmente no tenia mucha hambre, pero aun asi pidio un poco de fruta. Le molesto ver la suntuosidad y magnificencia con que les atendian, le parecia excesiva y humillante. No creia correcto tantos modales y cuidados. Le astiaba por completo ver que estas personas dejarian su horgullo a un lado con tal de que ellos estuviesen a gusto en su cena.
La fruta no tuvo sabor alguno, y eso le molesto. Subio a su alcoba y se recosto pensando en la miseria del mundo, en la miseria de la sociedad, en la miseria que guardaba tan celosamente dentro de su pecho.
Prefirio no hacer caso a nada mas. Intento, fructuosamente, domrir y prepararse para soportar dos semanas de martirio cargando solo esa miseria de su pecho, arrastrando el lastre de soledad y las sombras de piedad.
