sábado, 25 de abril de 2009

Ideas...

El vació y la soledad aumentan

se infiltran en la mente y urden planes

observan, vigilan y asechan

Se pudren en la sal y luego se meten viajes...



La ayuda por mar se hunde

los peces toman de alimento al viejo

el agua conserva cuerpos que luego escupe

buques en el fondo son olvidados, como tu recuerdo...



Una mujer sin rostro, sin nombre

una mujer de imaginación

se marchita como la flor dentro del cajón

y de imaginación a recuerdo,

de sol a luna y de infierno a cielo

entre todas juntas, mujeres

me he formado una, mía, en mi mente



Pobre Víctor jugando a ser Dios,

creando y formando figuras

ya no tejes cuerpos, solo enredas pensamientos

entes que se sienten dueños y nunca trituras

seres sin nombre que adoras, pero odias

seres sin vida y con pasado y presente

criaturas que juegan en tu mente

viernes, 24 de abril de 2009

Pensamientos...

Imaginar es pensar con el subconsciente. O eso es lo que siempre he creído...así que si digo imaginemos será esto una acumulación de pensamientos...y precisamente hoy les diré: Imaginemos...

Al levantare por la mañana no volteas a ver nada, ya conoces tu habitación, para que examinarla una vez mas...vas y haces todas esas cosas que hacen las personas luego que se levantan, como tomar un baño, desayunar, arreglarse y salir rumbo al trabajo.

En el camino no piensas, solo ves a la gente y analizas sus actos, imaginas su vida e intentas encontrar sus mas oscuros secretos del tipo de zapatos que usan, de lo tatuajes que tiene, de la ropa que llevan. Es entretenido, y sano. No dañas a nadie y no pensar es lo mejor que puede hacer una persona para ser feliz. El trato con todos en el camino y en la oficina es impersonal, están ahí juntos y se hablan porque deben hablarse, punto. No hay más, pues no puede haber más. La gente no forma vínculos con los demás, la gente ignora y desprecia lo que se le ofrece. Por esa razón te vas de la oficina con un poco de mal humor.

Caminas al metro y tratas de hacer que el mal humor desaparezca, sabes que no es ni bueno ni sano tener mal humor...sabes que no le conviene a nadie. El calor aumenta y el traje que no te quitas para que no se arrugue y no estés cargando muchas cosas en las manos, hace que comiences a sudar. Es desagradable la sensación, y aunque sabes que no es bueno seguir esas líneas de pensamiento no puedes evitar comenzar a decirte que tienes una gran mancha oscura en la espalda que todos ven y que escurre sudor. Comienzas a desesperarte del agonizante calor y para cuando llegas al metro solo ves venir una ola de gente acalorada sudando copiosamente.

Asco y náusea es lo que te provocan todas esas gentes que van en el metro abarrotándolo de peste y sudor. De bullicio y gritos. El niño que llora no te deja concentrar en ver porque una chica bonita esta llorando al otro lado del vagón, o porque el joven que esta frente a ti comienza a sacar algo de su mochila con mucho cuidado y precaución. Tampoco te deja ver al tipo que esta corriendo para poder intentar penetrar en el metro. No lo logra, sin embargo el joven que esta frente a ti se ve nervioso, y no saco nada de su mochila; su vista esta perdida y esta sudando en exceso, mas que cualquiera ahí.

Comienzas a pedir permiso para lograr acercarte a la puerta, estas a punto de bajar. El joven que estaba frente de ti sigue ahí, volteando a todos lados con un labio inferior temblando y una mirada suplicante. Suplica a la misma vida que no lo deje, que no le abandone y que no deje que el mismo se despida por mano propia de ella. Pero todo eso no lo sabes, solo lo imaginas.

Llegas a tu escuela y encuentras a todos esos compañeros que te roban sonrisas y te diviertes con ellos, disfrutas cada momento como lo que es, único. Piensas en las personas que están mas allegadas a ti, aquellas con las que mas compartes y decides que es hora de ir a verles. Llegas y repartes saludos, sonrisas y hasta abrazos. Les muestras cariño. Entonces recuerdas lo que alguien alguna vez te dijo: "A esta vida venimos a dar y recibir cariño". Y lo crees. Imaginas que no corresponden tus gestos no porque no te aprecien, sino porque así son, personas frías que solo necesitan mas cariño. Imaginas que el vació en el pecho proviene de ninguna parte y existe sin ninguna finalidad. Imaginas que los sentimientos que tienes no los tienes.

vació y triste caminas de regreso a casa, las luces de los faros iluminan tu camino entre las cuadras donde vive gente sin rostro, sin nombre, solo gente. Llegas y el vació de tu pecho es desplazado por un inmenso hoyo que cubre toda tu casa, escuchas el silencio y es cuando quisieras poder platicar con alguien, con quien sea, pero quieres platicar. Quieres expresar la impotencia que sientes por las tonterías que te han sucedido en el día, quieres que alguien te escuche y te diga que todo va a estar bien. En cambio debes preparar las cosas para tener al día siguiente un día tan vació como el de hoy. Al terminar quisieras recostarte y hablar con alguien, sabes que lo necesitas. En cambio enciendes la computadora e intentas hablar con alguien, intentas sacar lo que tienes metido en el pecho, incrustado y que salpica igual de lagrimas que de sangre.

Rechazo. Solo eso, y nada más. Como una letanía ya sabes lo que sucederá, sabes que hará cada persona a la que le hables, sabes de antemano que están ocupados y no tienen tiempo para lo mas importante: la gente. Sabes que nadie te hablara ni nadie te contestara.

Es en ese momento cuando dejas de sentir el vació en el pecho y la casa desaparece, todo a tu alrededor se vuelve neblinosos y opaco. Una telaraña cubre tus ojos y una cosa palpitante ha poseído tu pecho, escuchas tu respiración acelerada y sientes la sangre correr presurosa por todo tu cuerpo. No sabes que hacer, no sabes que haces, tu estas sentado en tu cómodo sofá al fondo de tu mente, en la nuca se han posado ahora tus ojos y desde ahí contemplas como una persona toma una navaja y la comienza a afilar, ves como corta su brazo y siente alivio al ver la sangre correr, ves como intenta cortar una gran y azul vena y como se arrepiente al ultimo minuto, y tu estas tranquilo en tu sofá, comiendo palomitas de maíz viendo el trágico espectáculo.
No entiendes porque el protagonista de la película ha hecho eso y no quieres saberlo, la película era mala, ni siquiera recuerdas el inicio. Intentas dormir pues crees que no podrás hacerlo, no obstante al día siguiente no recuerdas en que momento te quedaste dormido, mucho menos recuerdas nada de lo ocurrido hasta que ves tu brazo y te preguntas, y es cuando observas al mundo venirse sobre de ti, y decides no levantarte y protegerte del mundo con una cobija, intentas no pensar en nada mientras abrazas la almohada.

Imaginas un mundo donde la gente te aprecia y te ama. Imaginas un mundo donde puedas hablar con alguien. Y de pronto escuchas la voz de un viejo amigo que ya no ves y no te parece extraño pues siempre te ha acompañado su recuerdo, es mas, hasta le comienzas a contar lo que te ha pasado. Le cuentas todo, menos que lo de la película que viste la pasada velada.

Imaginas una amiga, y zaz!! ahí esta, comienzas a plticar, debajo de tu cobija y abrazando a esa querida amiga. Imaginas que todo esta bien y después te levantas y te dices que ya es tarde, que no te explicas porque te has quedado dormido. Comienza la rutina otra vez, comienzan las presiones desde todos lados, comienzan las decepciones con los amigos, contigo mismo...

Imaginas un mundo donde la gente sabe que es un síndrome disociativo, imaginas lo que es estar loco, lo contemplas y te decides a intentar serlo...Imaginas que los demás harán caso a las advertencias...Imaginas que todos saben lo que es un TLP, y lo crees, y esperas que alguien pueda ayudarte...que no te permitan saber si alguien puede autoinflingirse una psicosis.

domingo, 12 de abril de 2009

Hoy...tengamos Alucinaciones...

La luna estaba posada en lo alto del cielo, grande e inmensa se apoderaba de la atención de los amantes en la playa. El mar era solo una gargantilla para la luna…era un escenario.

A su alrededor bailaban las sirenas y danzaban las gaviotas. El calor era mucho pero era placentero, incitaba a moverse, a bailar alrededor de la fogata, a besar y acariciar…incitaba a la pasión, al amor.

Alardiel estaba sentado en un tronco frente a la fogata. Miraba con parsimonia las llamas y se ensimismaba en sus pensamientos…como si el fuego él y los recuerdos fuese todo lo que existiese en este mundo. Se preguntaba y se preguntaba. Imaginaba e imaginaba. Pero nada lograba sacar de tan fortuito accidente. Nada lograba entrever de los designios de los dioses.

Decidió que era inútil seguir ahí, mas estando solo. Dejo entonces la protección del fuego y se adentro a la oscuridad, lejos de los amantes que le hastiaban, lejos de la playa…lejos del fuego que ardía no solo en la fogata sino en su propia alma.

Se acerco con discreción a su abuelo, aunque era del todo inútil, él siempre sabia quien estaba alrededor, aun sin poder ver. Le hablo con calma, no quería que se notase la indignación en su voz, no quería dejar salir las palabras como lengua de serpiente.

--Abuelo, el extranjero no es nadie. Todos lo sabemos. Porque entonces lo han acogido mis padres?

EL viejo voleto al cielo vio lo único que se podía ver sobre la jungla desde el claro en que se encontraban: la luna. La miro y pareció inspirar el aire de toda una vida, y luego expirar con lentitud los años que tenia.

--Los viejo sabemos cosas de los viejos anteriores a nosotros, sabemos secretos de la naturaleza y de ahí sabemos los secretos de los dioses. Sabemos los secretos de la luna. Sabemos que la luna ha regado con sus lazos de luz hijos en la tierra. Sabemos que se debe hacer con esos niños. Pero nunca habíamos visto un hombre.

>>Su piel no es blanca como la leche y sus ojos son como la obsidiana, pero su cabello tiene la luz de la luna. Es un hombre extraño traído por el mar, un hombre que ha sido bendecido o maldecido, de lo contrario no hubiera sobrevivido. Además tiene guardianes. Aun no los ves, pero lo harás, a su tiempo.

Una respuesta que no esperaba. Su abuelo no solía hablar mucho, y ahora con la llegada del extraño hombre había soltado la lengua tanto que creía no haber escuchado bien las palabras que le llevaba la brisa nocturna. Le había dado más preguntas que respuestas. No le agradaba, pero entendía que eran cosas serias y que era mejor no implicarse. Era mejor dejar las cosas como estaban, y dejar que todo siguiese el curso del destino. Pero debía estar alerta y preparado para cualquier cosa. Debía vigilar los movimientos de todos, nadie le hablaría con la verdad y el lo sabia, el podía sentirlo. Todos decían lo que debían decir, pero no lo que querían decir. Sentía el miedo en la aldea, podía olerlo. Sentía la inquietud en los que habían encontrado al hombre. Y sobretodo, podía ver la oscuridad que se cernía en la choza que habitaba el hombre, una sombra siniestra que la rodeaba y a donde las aves ya no se acercaban.

No podía hacer nada. Solo mirar la luna y seguir preguntándose porque había llegado un hombre con cabellos tan blancos como la leche, un hombre que tenia ojos negros y un aura siniestra. Dejo que los pensamientos llenaran su cabeza y camino…camino hasta su hogar donde se tiro y durmió…y su largo cabello blanco como la leche era acariciado por la luz de la luna que se filtraba a su lecho.

sábado, 11 de abril de 2009

Iniciemos con...Sueños


Comenzaré a escribir con mas constancia de lo que lo había hecho hasta ahora. Los temas serán tan diversos como las cosas que me interesan, así que un día podrán leer una escena de un compendio llamado Sueños...otro donde verán un bizarro mundo llamado Alucinaciones...pero también podrán llegar a ver recomendaciones de libros, paginas, series (estadounidenses y de anime)...así como otro día podré hablar de economía o sistemas complejos...intentaré escribir cada semana y hablar de aquello que se me haya hecho más relevante durante el transcurso de ésta...e intentare no cometer faltas de horrografía...pero no prometo nada jaja...Hoy les dejo un pequeño texto parte de Sueños...no es la gran cosa...así como nada de lo que escribo...pero recuerden que escribo para mi...y mientras yo me sienta bien con lo que escriba...todo esta bien.


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Él estaba cansado y ella lo comprendió. Él le pidió con ojos bajos y mucha pena el que solo durmiesen esa noche. Ella rió y le dijo que si, lo tomo de la mano y se lo llevo a la cama. Lo recostó sobre su regazo y ella tomo el libro del buró. Comenzó a leer en vos alta y su vos le arrullo como si de una nana se tratase.

Al despertar busco el hermoso cuerpo de su amada y no lo encontró, pero esto no le inquieto, solo se dijo que al abrir los ojos estaría ahí cerca, probablemente en el balcón. Lo que encontró al frente cuando abrió los ojos y miro a su izquierda fue una mesita con el desayuno para ambos: dos platos de fruta mixta y dos jugos, uno probablemente de lima y otro a juzgar por el color y textura de mandarina. Al voltear al balcón sintió la tibia brisa matutina golpear su rostro y vio un esbelto cuerpo recargado en el barandal.

Hizo un gruñido de disgusto, tierno y juguetón. Ella volteo ya con una sonrisa en los labios al saber la cara triste que vería; le divertía mucho esa expresión en él. Camino con lentitud y le lanzó un beso, para cuando llegó él ya estaba con un rostro sereno y tranquilo, gustoso.

Se desearon mutuamente un buenos días cargado del más puro y sincero amor. Él acaricio su rostro mientras ella se sentaba a un lado de él en la cama. Ella por un solo momento pareció no saber que decir, pareció solo disfrutar el momento, acto seguido recordó el desayuno y le dijo: Pedí el desayuno; aunque esto era más una invitación que el simple hecho de decir lo evidente.

—Se ve bien, aunque prefiero probar el dulce fruto de tus labios y tomar el jugo de tu cuerpo—Dicho esto ella se sonrojo, le encantaban esas frases totalmente cursis que siempre decía, y él tomo uno de los frascos con jugo, con lentitud la despojo de solo un hombro de su delgada bata, y dejo caer un poco de jugo sobre su piel, justo encima de su pecho.

Ella sabía lo que haría aun antes de que él hubiese terminado de tirarle las gotas de jugo encima. Pero poco importaba, aun con eso sintió una descarga de energía recorrerle el cuerpo cuando sus labios tocaron su piel; sintió una gran satisfacción cuando sus labios rozaron su pezón erecto, y comenzó a gemir al momento en que lo succiono con la ternura con que se toca el pétalo de la flor más hermosa.

Tan rápido como comenzó a hacerlo fue como termino y empezó, con besos pequeños y dulces, a subir por su cuello hasta llegar a sus labios. Para terminar con un suave beso.

Pero ella no había tenido suficiente y aunque el hambre que sentía su estomago era mucha su cuerpo le pedía las caricias del hombre que tenia a un lado.

Ella lo tiro sobre la cama con suavidad. Recorrió su cuerpo al tiempo que retiraba las sabanas y comenzaba a besarlo con ímpetu. Él cerró los ojos y dejo que su cuerpo sintiese al máximo cada beso, cada caricia. Pero sus manos no podían estar quietas, ya había despojado al hermoso cuerpo de la bata y ahora acariciaban su cadera y subían con lentitud hasta llegar a los pechos y acariciarlos con fuerza y ternura.

Ella le besaba el cuello, le daba pequeños mordiscos, todo con ternura y cuidado. Ambos apretaba sus sexos con pasión y mientras la brisa que llegaba desde el mar los cubría sus sexos se unieron y un lento vaivén se hizo presente, cada movimiento estaba coordinado, las manos de él que recorrían sus cadera, los labios de ella que besaban su cuello y la brisa que los cubría. Era un momento mágico, un momento donde ambos sintieron en cuerpo y alma el amor que sentían mutuamente, se sintieron dioses y mortales, el uno del otro, pudieron sentir lo que el mar y el cielo…era como un atardecer, donde ella sentía entrar en su vasto mar el inmenso sol y sus calidos rayos mientras el sol disfrutaba de la parsimonia y éxtasis del final…

El atardecer había terminado. Ella se dejo caer cuan larga era sobre su amante y permitió que éste la acunase entre sus brazos. El la colmo de besos, todos suaves, dulces y tiernos, llenos de amor. Ella sintió una gran calma y antes de que comenzase a tomar un poco de fruta y se la diese en la boca a su amante le dijo con una armoniosa voz, una voz que él amaba hasta el infinito: Rogelio, te amo.