lunes, 28 de febrero de 2011

Sueños...

Es de noche y la oscuridad en mi cuarto me abruma. Alrededor de mi las almohadas se revuelven entre sabanas y cobijas y solo dejan espacio para mi, dejando de lado mis sueños.

Ultimamente he soñado. Ultimamente he dormido. Ultimamente no se cuando estoy dormido.

Sucedió en la pasada noche de luna llena, cuando me encontraba caminando al norte de la ciudad de la mano de una chica cuando de entre la oscuridad que nos rodeaba llego caminando un hombre. A la lejanía parecía un hombre común y corriente, no obstante al acercarse dejo ver que su cuerpo era mas anormal de lo que podrías ver a plena luz del día. Era bajo casi como un niño, con un mentón grande que cubría una espesa barba. Sus ropas eran viejas y desgastadas, nada que no se esperase de un vendedor de globos; para rematar su extraño atuendo tenia las cejas pobladas d vellos oscuros que enmarcaban un par de ojos negros, sencillos y amables, que contrastaban con el resto de su atuendo por completo.

Tenia en su mano un enorme manojo de cuerdas delgadas y cada una de ellas conectaba con un gran globo con helio que flotaba por encima de su cabeza. su avanzar era lento, descuidado, como si estuviera paseando por la calle y sus globos fuesen su mascota.

Mi novia jalo mi mano para acercarnos al hombre mas rápidamente, deseaba ver de cerca esa gran masa de globos de diversas formas y colores, y sin darme cuenta me vi arrastrado tras ella con una sonrisa en el rostro a causa de su impulsividad.

Me soltó de la mano y comenzo a ver detenidamente cada uno de los globos que flotaban impasibles por encima nuestro. El hombre no se veia interesado en ella, ni en nadie, es como si no tuviese la intención de vender y esperase a un que par de niños inquietos dejasen de admirar su gran tesoro. Al momento en que A . . . . le pregunto sobre un globo en particular el hombre con un voz tranqila y segura, pero con un tono determinante dijo:

--Estos globos no se venden señorita.
El rostro de mi novia se contrajo en un gesto de tristeza y decepción a tal grado que me vi en la necesidad de preguntar:
--¿Se refiere al que señalo en particular? ¿O es acaso que no esta trabajando?
--No, ninguno de estos globos puede venderse. No es que no sea vendedor, es solo que no tienen con que pagar uno de estos globos.
--¿Pues cuanto cuestan?
--No es en monedas su valor, a cambio de uno de estos globos he de recibir un sueño. Soy un comerciante de sueños. Solo aquel que quiera regalar un sueño puede comprar llevar uno de estos, pero a cambio deberá entregarme un sueño suyo.

Tal revelación en un tono tan casual debería haber hecho reír a cualquier persona. Yo mismo hubiera soltado un carcajada de no ser porque el ambiente comenzó a tornarse un tanto diferente. No había tensión, no sentía peligro, no había frío ni viento, el clima y el ambiente eran agradables, pero algo había cambiado, algo que hacia que su historia no sonase a cuento chino.

Tal vez era su rostro que permanecía serio y lucido, tal vez los ojos que inspiraban confianza, o tal vez era solo que quería creer en una historia como esa, de cualquier manera le seguí el juego.

--Bueno, pues mi novia quiere un globo, así que digame que debo hacer para entregarle mi sueño.
--Disculpe señor, pero creo que esta equivocado. Su novia no quiere un globo para ella, lo quiere para usted.

Voltee a verla con un rostro de incredulidad que se transformo en sorpresa cuando asintió con un rostro tan sorprendido como el mío.

--Tome cada uno un globo--Y en ese momento solto la gran madeja de hilos y los globos permanecieron flotando a la altura adecuada para que A . . . . y yo tomáramos un globo. Y lo hicimos. Honestamente no observe que globo tomaba, me limite a tomar uno al azar y dejar el resto a mi mala suerte.

--Cuando lleguen a casa coloquen el globo por encima de su cama y duerman como siempre, no se preocupen de nada, el resto del trato esta hecho.

Dicho esto comenzó a caminar y los globos le siguieron cual perro fiel a su amo. Se alejo caminando con la misma tranquilidad con la que se había acercado. Tome la mano de mi novia y seguimos caminando. Cada unos pocos segundos volteaba sobre mi hombro y veía la nube de globos alejarse poco a poco, haciendose una pequeña mota a lo lejos para que finalmente desapareciera al final de la noche.


Continuara...


jueves, 17 de febrero de 2011

De vuelta y vuelta...

Uno mas al costal. Uno mas que pasa y del que no me entero de nada. O tal vez si. El tiempo es tan inmensamente finito que me ha hecho creer que no terminaría, pero ha terminado.

El paso del tiempo es siempre importante, o quiza no, de cualquier manera esta vez aunque me han avisado que el mundo ha dado otra vuelta no dejo de tener esa melancolia y nostalgia en el corazon. No dejo de ser un lobo solitario muy dentro de mi corazon. Por mucho que socialice, que pase tiempo con otras personas no dejo de ser un triste lobo solitario que algun dia ira a explorar el mundo. O quiza ya lo esta haciendo, solo que no se da cuenta de su propia soledad. O tal vez no se percata de que estar en sociedad es una forma de soledad, una mas triste que cualquier otra.

En su tiempo el viejo Buda salió a vivir en soledad y eso le ayudo. Pero su soledad no era una soledad en sociedad, fue una soledad donde las platica que tenia eran con su sombra y su alma, con las plantas y las estrellas. Esa soledad es una que realmente ansío en muchas ocasiones. Pero aun temo esta con ella, creo que me falta mucho por aprender, pero no se si esas lecciones deberán ser en sociedad o en soledad. De cualquiera de las dos maneras el único aliado que tenemos es el tiempo, que pasa queramos o no, y que deja huella, queramos o no verla.

El día de hoy puedo decir que tengo mas canas que antes. No se que representen, pero seguro es una muestra del inminente paso del tiempo. Hoy tengo mas conocimientos que antes, y también es una muestra del paso del tiempo. Hoy soy igual de feliz que antes, pero un poco mas dichoso, lo cual es una muestra del paso de...adivinen ustedes.

No hay mucho mas que decir sobre nada mas, solo el viejo recordatorio que siente mi corazón la necesidad de exteriorizar: