miércoles, 28 de septiembre de 2011

Pensamientos...

En la encarnación de mi ser, en la humanidad que no puedo evitar, los pensamientos fluyen en el cerebro como el agua por los ríos. Es inevitable la conexión entre la belleza y tu nombre, entre lo eterno y tu mirada. Son los pensamientos los que no controlo, los que escapan de mi guardia.

Las palabras que brotan saltarinas de mis dedos, aquellas que llegan a tus ojos. Son las palabras que que forman esos pensamientos. Son la maldición de mi existir y la panacea de mi alma. Sin decirlas brotarían de mi pecho rasgando mi cuerpo; y al decirlas sentencio mi destino, lo entrelazo a esas palabras y a la ambigua interpretación en tu mirada. Estoy sentenciado por el destino, el destino de mis palabras.

Y sin embargo, no estoy jugando con el Predestino, aquel inexorable que rige la vida en momentos inoportunos, aquel ser grotesco de alas delgadas y mirada aferrada, con pensamientos irreales y actuares mortales, que se rige a si mismo, y marca el paso del mundo: el odiado Predestino.

Intento furtivamente hablar mis pensamientos a escondidas del Predestino, juego con los hilos de mis pensamientos sin mezclar los hechos. Avanzo como reptil en el agua y forjo mis sentimientos sin ser guiado por el sendero.

Quiero darle forma y color, quiero crear una balsa de amor, que avance por impulso propio, que surja del agua sin ayuda y se gobierne por mi solo. Que no tome corrientes prestadas.

Por eso hago pensamientos ocultos, hilo palabras desnudas y forjo deseos robustos, por eso me escondo del monstruo, para terminar mi vida a mi modo.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Divagaciones...

El día de hoy fui a un festival escolar por las llamadas fiestas patrias y me sorprendió ver como algo que fue un movimiento nacido de las necesidades mas apremiantes de una sociedad oprimida es recordado con canciones, motivos y frases de menos de un siglo atrás.

Recuerdo que la presentadora del evento mencionaba entre bailable y bailable que estábamos celebrando un gran día, que lo que presentarían los alumnos a continuación era una muestra de la "gran" cultura mexicana.

Me partió el alma escuchar eso. Escuchar que niños sin cuidado y respeto de una cultura de la que forman parte y aun no entienden intentan mostrar esa cultura que los adultos, que deberían inculcarles el amor y apego a la cultura y en cambio solo dejan al aire las palabras vacías que todos repiten sin sentido año con año, década tras década.

¿Quién ha sentido en estos días la opresión, la necesidad de libertad? ¿Quién ha sentido un fuste en la espalda? ¿Cuantos saben lo que es un trabajo pesado, de sol a sol, en el campo?

Ni de cerca podemos imaginar lo que sufrieron nuestros antepasados doscientos años atrás. Ni de cerca podemos entender sus motivos, y mucho menos si los recordamos con canciones y fiestas donde lo que sale a relucir es todo menos su memoria. Este tipo de fiestas en mi muy particular punto de vista lo único que aportan es una capa mas de olvido a nuestras raíces, a nuestros valores, a nuestra personalidad como nación.

Yo no festejo el 16 (¿o era 15 mis amados presidentes?), pues no me gustan las fiestas, y ésta en particular va en contra de lo que pienso. No celebro, pero acompaño a los que lo hacen, pues no hay de otra.

Yo intento ser mejor en mi propia persona, intento conocer mi país, mi gente, intento entenderla, tanto la pasada como la presente, pero cada vez me es mas difícil entender la sociedad actual.

Y me siento orgulloso de mi país, de mi gente, la pasada principalmente y mucha de la actual, pero no toda.

Hace dos días estuve en una fiesta patria, que tenia como objetivo el mismo que la anterior. De igual manera no vi los motivos de fiesta en los rostros de los asistentes, esta vez no eran niños, todos adultos con estudios. ¿Y cuál fue la diferencia entre ambas celebraciones? De fondo no pude percatarme de ninguna, y eso me llena de tristeza.

Algo que vale la pena resaltar es que la celebración de adultos tuvo mayor seriedad en la organización, mayor respeto por la patria y la gente, pero siguió faltando el motivo de la reunión, ese motivo que deberíamos proclamar en todos lados y a pulmón vivo. Y no, no es el clásico ¡Viva México!, yo pienso en un grito que exprese una gratitud por la libertad, por la sangre derramada, por los sueños rotos, truncos y olvidados de aquellos que pelearon por si mismos y a la vez y seguramente sin saberlo, por un futuro del que hoy en día gozamos. ¿Qué grito podría ser ese?

martes, 13 de septiembre de 2011

Sueños...

En los sueños duermo,
volando entre ilusiones,
sin guardar pretensiones.

En los sueños muero,
mientras doy de alimento mis ojos
pues abajo no necesito el decoro.

En los sueños rezo,
porque el fuego sea lento
y no sepan que miento.

En los sueños siento,
dolor por los días venideros,
pues la alegría me invade muy lento.

En los sueños veo,
demacradas alucinaciones,
que plantan la duda y el deseo.

En los sueños creo
y por ellos muero.

Larckov