domingo, 17 de julio de 2011

Pensamientos...


Hay hombres, hablando del ser humano y no del genero, que ansían el poder, y dominando a otros hombres se dan por servidos. Hay hombres que desean la gloria, y con su carisma resplandecen por sobre los demás. Hay hombres que buscan rellenar algún vacío, y consiguen sexo. Hay hombres que esperan por la verdad, y la esperan mientras la buscan en los libros de palabras y papel. Y hay hombres que quieren, que buscan un gran amor, un amor inocente y puro que refresque cada poro de su piel, que insufle del éter de la vida su cuerpo.

Son éstos hombres los que pagan un precio muy alto. Son estos hombres los que, como los Saudes, puedes encontrarlos sin mucha dificultad.

En las bibliotecas leyendo libros polvosos de recuerdos y alimentando la canosa barba con tiempo, esperando y aun buscando el amor prometido dentro del libro; o bailando con un pantalón de manta, sombrero de paja y un bastón nudoso en la feria del pueblo mostrando un rostro apergaminado con cicatrices de la vida refulgiendo la falsedad de la mascara que oculta al joven danzando como un viejo. También los hay en grupos numerosos compartiendo pensamientos en los verdes pastos de los colegios charlando sobre la vida y la debacle de personajes ficticios de celulosa; o en las calles rodeando los autos, las pequeñas vidas que logran transformar el tedio del semáforo en la sonrisa matutina a base de globos, piruetas y pintura barata.

Los hay por todos lados, esparcidos sin una métrica o razón aparente, los hay de todas la edades formas y tamaños. Y no es como si fueran fáciles de atrapar, pues la pura presencia de otros que no son de su propia especie les hacen levantar muros tan altos que dejarían a la Gran Muralla como un mal chiste de cantina.

Son los seres que matamos un poco cada vez en cada relación que terminamos. Son aquellas criaturas que viven de sueños alimentados de detalles, que les estorba la realidad para crear el mundo ideal, que esperan cien años a la pareja perfecta y que se entregan por completo cuando la encuentran.

Cuando miramos al cielo nosotros vemos nubes, pero ellos ven la vida, la gloria, el amor expresado como el mas puro deleite aleatorio de precisión y exactitud, porque cada nube forma lo que la realidad no puede: ilusión.

Son criaturas extrañas, que usan mascaras para evadir nuestra realidad. Son personas que conocemos. Son personas que deberíamos abrazar y nunca soltar. Son las personas que nos hacen escribir sobre ellas para poder entenderlas.

Dedicado a Eleonor

No hay comentarios:

Publicar un comentario